La leishmaniosis canina está causada por un parásito microscópico del género Leishmania, que se transmite por la picadura de un pequeño insecto (el flebotomo o "mosca de la arena") a menudo llamado incorrectamente mosquito. Puede afectar a varios animales, incluyendo los seres humanos, y es potencialmente mortal para todos los perros expuestos a flebotomos.
El riesgo de leishmaniosis es el mismo para perros macho que para hembras pero algunas razas tales como el Bóxer, Cocker spaniel, Rottweiler y Pastor alemán que parecen ser más susceptibles que la media al padecimiento de la enfermedad sintomática.
Los primeros datos sobre la leishmaniosis se registraron hace más de 100 años. Actualmente, y solo en Europa, hay más de 2,5 millones de perros infectados.